El mundo de las series tiene sus normas escritas y no es fácil escapar de ellas.
Sacarse el título de ‘Recomendador de series’ no es nada fácil. Lleva su tiempo y requiere de paciencia. Porque entre los requisitos está el de engullir horas y horas de material para poder ascender al tipo de persona que puede recomendar series a los demás. Esta es solo una de las situaciones que vives cuando eres un seriéfilo. Y es posible que tarde o temprano acabes sufriendo también alguna de todas estas que te contamos a continuación.
- Vuelves a ver el primer capítulo en cualquier momento: y esto se hace sin previo aviso. Simplemente sientes la necesidad de hacerlo. Porque no te acuerdas de lo que pasó o porque piensas que algún detalle es clave para seguir avanzando en la trama. Realmente, tampoco hay que poner muchas excusas porque algunos primeros capítulos son espectaculares y no hacen falta justificaciones para repetir. Nos viene a la cabeza, por ejemplo, el episodio cero de ‘Sucesor designado’, que veríamos una y otra vez.
- Te planteas un buen maratón cuando no hay planes mejores: los fines de semana de nesting son muy largos, el gusanillo se te apodera, o es que ha pasado mucho tiempo ya de la última vez que te diste un atracón y piensas que ya nada puede justificarlo. Los maratones de series son cosas que surgen, normalmente sin previo aviso, aunque ahora se han puesto mucho más fáciles desde que Netflix o HBO cargan todos los capítulos de alguna serie de golpe. Y eso es un lujo de la vida moderna del que debemos presumir. ¿Cuál es tu próximo atracón planificado?
Te ves legitimado para recomendar series a tus amigos
Cuando superas la barrera de X series vistas o una cantidad determinada de horas, la vida te otorga automáticamente la titulación para ser ‘Recomendador de series’. Y es que ya tienes el suficiente material en la cabeza y en la libreta mágica para sacarte de la manga más de una recomendación autorizada. Eso sí, si no has visto un determinado porcentaje de las series de culto de nuestro tiempo olvídate de ello. No se puede recomendar nada a nadie si no has visto, por ejemplo, Breaking Bad. Aunque lo mismo podríamos decir los más veterano de Urgencias (ER) y tampoco nos pasamos de listos.
- Las redes sociales son tu escapatoria más de una vez: muchos capítulos de muchas series te indignan. Y esto no lo puedes evitar. Y cuando algo te indigna necesitas soltarlo cuanto antes para que no se te enquiste el tema. Así que recurres a dos posibilidades que pasan por descolgar el teléfono y llamar a ese amigo/a que también va a indignarse, o bien acudes a tu muro de Facebook y sacas tu fina prosa como no lo hacías desde el 2014 para felicitar a aquel amor de tu vida. Sacas todo lo que tienes dentro y te quedas esperando pacientemente a que aparezca otro indignado y te comente algo. Y es en ese momento cuando sientes una de las mejores satisfacciones de tu vida.
- Tienes tu top3 y pobre del que te diga que «____» no es la mejor: por favor, que te han dado el titulo de recomendador. No vengas ahora a dudar de mi palabra. Más de una amistad se ha puesto en peligro por decir que True Detective está sobrevalorada.
- La indignación te invade cuando alguien no ha visto «____»: no sé qué estás haciendo con tu vida que todavía no has visto Lost, The Walking Dead, Los Soprano o, todavía peor, Friends. Ponte al día cuanto antes no vayamos a tener un problema serio tú y yo.
Conoces el nombre de una joya seriéfila
Que estás orgulloso de conocer porque crees que nadie más ha visto en la vida. Es decir, que la rodaron para ti. Y tú eres el único crítico que han tenido en toda la faz de la tierra. Pero sí, amigo, si está ahí es porque alguien más la ha visto. Y aunque quieras ser el auténtico profeta, no hay mayor felicidad que descubrir que alguien más se ha tragado alguno de sus capítulos para poder comentarlos o convencerle de que tiene que acabar de verla (o empezar, claro).
- Todo lo comparas con una escena de algo: y seguro que sabes el nombre de la serie de comparaciones por excelencia. En las (¿cuántas van ya?) temporadas de Los Simpsons se han producido tantas situaciones que es imposible que no hayas vivido una. Así que ahí estás tú, orgulloso de haber superado el reto de que una escena se parezca a algo que acabas de vivir.
- Lo pasas mal cuando sabes que nunca más habrá otro capítulo de… no sabemos la razón pero el punto y final de una serie es un momento complicado. Pones el último capítulo embriagado por la emoción pero cuando el contador de los minutos se acerca al final, esa sensación que te invade no tiene parangón. Así que no puedes hacer otra cosa que volver a verla desde el principio porque así lo indica el código de las series.