Aquella época en la podías comprar Jumpers para almorzar o…

O comprar algunas de las otras opciones que se ponían sobre la barra de tu cafetería. ¿Recuerdas aquellos míticos momentos?

Almuerzos patio de colegio

A buen seguro que a día de hoy los almuerzos en el recreo han cambiado mucho. Ahora se ha tomado mucho más conciencia de la importancia de que los niños y jóvenes coman en el descanso de las clases alimentos más sanos y nutritivos. No obstante, hace no mucho tiempo, en los recreos imperaba la ley del Albal: almuerzos de toda clase empaquetados en este envoltorio que lo mismo servía para el bocadillo, como para darle unas buenas patadas a falta de un balón. En el terreno de los almuerzos había dos etapas bien diferenciadas: la fase en la que mamá/papá te preparaban lo que debías llevarte, y una segunda cuando crecías un poco y pasabas al instituto, en el que un euro para el almuerzo era un verdadero tesoro y servía para comprar alguno de los manjares que se vendían en la cafetería, o en la tienda más cercana en su defecto.

Colegio e instituto, dos fases de tu vida bien diferenciadas en las que un almuerzo podía decir mucho de una persona. Pasabas de una reducida ración de galletas, a una baguette con embutido, y no te dabas ni cuanta de que estaba pasando el tiempo. A todo esto, ¿cuál de todos los almuerzos que te vamos a contar era tu preferido? 

Nada

Almorzar algo a media mañana no era, obviamente, una obligación para nadie. Muchos humanos no han llevado nunca nada para almorzar, sencillamente, porque no querían. Ojo, estos individuos eran especialmente peligrosos porque aseguraban no sentir hambre en la hora del recreo pero podían acabar asaltando sin piedad a los que sí tenían comida. Era necesario vigilarlos para no acabar sin comerte lo tuyo propio.

Galletas en Albal

Sin duda todo un icono de muchas generaciones. Un clásico en muchos patios de recreo, y sencillo de hacer para cualquier preparador de almuerzos. El contenido del almuerzo podía ser de lo más variopinto: desde unas simples galletas María, hasta las Artiach de chocolate o las galletas Príncipe. Estas dos últimas era como el premio gordo de los almuerzos. Si el recreo ya era un bien preciado en el colegio, cuando tenías galletas de chocolate para el almuerzo las mañanas se hacían interminables hasta que llegaba el momento.

Bocadillos… en Albal

Las bolas de papel Albal son casi tan históricas como algunos de los bocadillos que se podían ver en los patios de recreo. Tanto el contenido como el continente tenían interés; el contenido por una razón parecida a las galletas, porque si tocaba Nocilla lo único que deseabas era avanzar la mañana para que llegará el recreo y, nunca mejor dicho, recrearte en este sabor. Luego estaba el embutido, muy socorrido para cualquier ocasión. El tema del tamaño importaban, y mucho. Cuanto más grande, más digno era de mostrar en público. Aquí en esta sección metemos al tradicional ‘homo recreus’ que ponía los dedos como límite cuando ofrecía un bocado.

Todos los almuerzos anteriores podían valer también para el instituto, pero el momento de cambiar a esta nueva vida también implicaba nuevas responsabilidades: ejecutar un presupuesto semanal para hacer las compras pertinentes en la cafetería. Ya no valía eso de que lo preparara papá o mamá. Tener algo de dinero suelto para comprar algo era todo un arte financiero. Y te daba caché en los pasillos.

Bocadillo… comprado

La cafetería era un oasis de felicidad en la que podías comprar una gran variedad de comida. Con suerte, pasarías por un instituto con algo parecido a una cocina en la que ofrecían bocadillos variados. Tortilla de patata, frankfurt… el abanico de opciones podía ser elevado. ¿Cuál era el que elegías tú?

Snacks

Aquí es donde entra la razón de ser de este artículo: entre todas las bolsas de snakcs y toda la bollería industrial que se podía adquirir en un instituto no solían faltar los Jumpers. Primero conquistamos las cafeterías con los de mantequilla, y poco a poco fuimos ampliando el abanico. Teníamos duros competidores que, a buen seguro, recuerdas bien. Esperamos de verdad que siempre fueras fiel a nuestra existencia.

 

*No solo existen estos almuerzos, ni decimos que ninguno de ellos sea el mejor. Solo queremos recordar con un toque de humor los bocados más míticos que hace unos años se podían ver en los patio de recreo. La fruta, los frutos secos, o una multitud de alimentos variados son perfectos para almorzar, y nos alegramos que cada día más alumnos puedan disfrutar de este tipo de almuerzos en los patios. 

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