Si hacemos caso a los más felices de la tierra hay una clave que los españoles no sabemos respetar muy bien: en tu rutina diaria no se debería hablar de temas escabrosos como religión o política.
¿Somos felices?, mejor dicho, ¿eres feliz? Es una pregunta más complicada de lo que parece. A bote pronto podemos pensar que la felicidad es algo sencillo de medir, pero hay toda una ciencia detrás, que tiene en cuenta cosas tan serias como las preocupaciones de las personas (económicas, políticas…), el progreso social o lo que somos capaces de disfrutar. Y ahora preguntamos: ¿qué es para ti la felicidad?
Con motivo del Día Internacional de la Felicidad se publica cada año un completo informe que dicta sentencia acerca de los países más felices. En 2017 la medalla de oro se la ha llevado Noruega, que ha remontado desde el cuarto puesto gracias al fichaje continuo de sonrisas. Desplaza a Dinamarca, que siempre se ha considerado como el país en el que mirarse. Islandia y Suiza les siguen muy de cerca.
Pero vamos con el orgullo patrio: España se sitúa en un digno puesto 34º, que en Eurovisión es una humillación pero no está nada mal si hablamos de felicidad. No hemos podido ir para arriba estos años por culpa de cosas tan serias como la crisis económica o los múltiples dolores de cabeza que nos da la clase política. En la balanza de los menos triste se sitúan los países de África, que a pesar de que muchos de sus habitantes demuestran un optimismo y unas ganas de vivir espectaculares, no consiguen remontar por sus evidentes problemas.
Dejando a un lado todo lo que tiene que ver con lo tangible. ¿Qué podemos hacer para ser felices? Muchas veces pasa de largo la filosofía de las pequeñas cosas. Contra todo pronóstico, el último iPhone o el coche de tus sueños no tienen la llave de la felicidad. O al menos no la tienen en Dinamarca, que presumen de filosofía ‘hygge’, que se puede interpretar como un completo protocolo de felicidad.
Explicar esta filosofía no es fácil ni para los daneses. Consiste en sentirse cómodo, relajado y libre. Disfrutar de los momentos sin complicaciones. Las ‘pequeñas cositas’ son las relevantes. Hace ya tiempo que en Verne, una de nuestras webs de referencia, hicieron un análisis de lo significa ‘hygge’. Todo pasa por encontrar momentos cada día para ser feliz. A ellos les gusta mucho hacerlo en casa, rodeados de pequeños grupos de familiares o amigos. La filosofía de bares repletos como en España no la tienen muy bien entendida. Lo que a cada uno le hace feliz es su problema: puede ser una taza de café rodeado de velas o ir al barbero para que te hagan un masaje en la cabeza.
Sea lo que sea que te hace feliz tiene que ser en un ambiente propicio. En Dinamarca tiran mucho de ambientes relajados: velas, flores… En principio diríamos que tener la música al máximo mientras saltamos encima de la cama no es muy ‘hygge’. O sí. Eso se lo tendemos que preguntar a los expertos.