Aviso importante: si eres de los que compraban chucherías con los 20 duros que te daban tus padres, seguro que todos estos nombres te van a sonar. Y vas a querer volver a comerlos. Aunque todo esto te puede estar sonando más viejo que la puerta de un desván, puedes creernos cuando te decimos que hace un puñado de años no había mejor entretenimiento que un paso por las tiendas de chucherías. Allí te estaban esperando, entre otras grandes delicias de otros tiempos, los chicles Boomer o los míticos pica-pica.
¿Has hecho en alguna ocasión todas las cuentas oportunas para que en esos 20 duros (unos 60 céntimos, para los más jóvenes del lugar) entraran todas las chuches posibles? ¿Siempre tenías en cuenta esa joya más grande y cara en la que no importaba invertir un poco más? ¿Gracias a las pesetas comenzaste a entender conceptos económicos como ‘remanente’? Si has respondido a todo que SÍ, entonces vas a suspirar por el retorno de los siguientes cinco nombres.
Los chicles Boomer
Un ejemplo de lo sencillo que podía llegar a ser todo en otras épocas. Si tenías cinco duros, tenías cinco chicles Boomer. Y siempre se llegaba a plantear el dilema de comprar este pack o bien un paquete de chicles Bubbaloo, sus grandes rivales por aquel entonces. El caso es que los Boomer tenían un sabor que pocos lograron igualar. Los de fresa eran sencillamente escandalosos, aunque no caen en el olvido todos aquellos que buscaban el riesgo con los de regaliz (apuesta fuerte) o incluso los de vainilla.
¿Y cuál fue el problema de los chicles Boomer? A saber. Menos mal que todavía tenemos al alcance de la mano viejas reminiscencias que no permiten olvidarlos por completo. Sí, hablamos del kilométrico Boomer, que también su tirón.
Chicles Bang Bang: ¿quién no se acuerda de ellos?
¿Podemos estar hablando de que eran los mejores chicles para hacer pompas? Podemos. Cuando tenías un buen presupuesto, eran una compra envidiable. Venían en cinco unidades, y tener un paquete para ti solo era sinónimo de poder. Lo peor de recordarlos es pensar que ya no se venden. «Sabor largo, chicle blando» era el lema con el que pretendían conquistar nuestros corazones. Y vaya si lo hicieron. Igual que pasaba con los Boomer tenían sabor de verdad, y no como los chicles de ahora que no duran un asalto.
Los Jumpers de chocolate
Las redes sociales son testigos de que muchos españoles suspiran por la vuelta de los Jumpers de chocolate. Hoy en día el retorno triunfal está descartado, pero nunca se sabe. La receta la seguimos teniendo en nuestro poder por si cambian las tornas.
En su momento álgido hubo dos versiones para dar cabida a todo tipo de gustos: salado con chocolate blanco o chocolate con leche. Nadie puede decir que no buscáramos el riesgo. ¿Tú te acuerdas de alguno de ellos? Ojo que responder afirmativamente significa que ya soplas unas cuantas velas en la tarta.
El caramelo Pitagol
Fueron un auténtico exitazo, pero incluso algunos de los supervivientes de los «20 duros para chucherías» puede que no los conozcan. Ponerle un palo a un caramelo ya fue la bomba, pero ponerle un silbato a un caramelo con palo resulto espectacular. Si bien es cierto que terminabas con las manos hechas un cuadro impresionista, por aquel entonces no había tanta tontería: te lavabas bien las manos y a correr. ¿Recordáis la evolución en caramelo Pitagol con el que se podían entonar varias notas?
Two To One
En la época que estamos tratando había muchas clases de chicles y caramelos para dar y tomar. Pero por pura lógica solo algunos tocaban el olimpo de la fama. Dicho esto, confirmamos que lo de esta chuchería, junto al Push Pop, fue algo fuera de lo común. Todos los niños querían uno de estos, e incluso siguen existiendo versiones modernas. La mecánica, como todo lo de aquella época no dejaba mucho a la imaginación, y se basaba en meter el de dedo por un tubito para hacer ascender un caramelo, en el caso del Push Pop, o directamente pasar a los lametazos con el Two to One, que al final no requería tanta técnica.
¿Cuál de todas estas chucherías es la que recuerdas con más cariño? ¡Cuéntanos!