Es posible que no vayas a viajar esta semana santa y que optes por quedarte en casa. No literalmente, sino en el sentido de que no harás las maletas para visitar otro sitio. No es mala opción. Siempre puedes tirar de un ultra-nesting, que en la practica sería calzarte el pijama el miércoles por la noche y no salir hasta el domingo. Aunque el ultra-nesting no lo recomendamos porque no hace falta decir que el sedentarismo es una nefasta opción de vida. Estar el fin de semana sin salir de casa puede ser pasable, siempre que no sea tu opción de cada fin de semana. Pero cuatro días tirado en el sofá no se lo recomendaríamos ni a nuestro peor enemigo.
De modo que, una vez que ya invertimos una parte importante de nuestro tiempo en recomendarte algunos planes para salir de tu ciudad, ahora te vamos a proponer algo para los cuatro días que van de Jueves Santo hasta el domingo. Pero, antes de nada, debe tener en cuenta una serie de cosas:
- Si tienes suerte tienes cuatro días de fiesta, así que te vamos a recomendar dos series y dos películas.
- Una ración por día, no nos hagas trampas. O sí, porque no vamos a estar vigilando.
- Estas cuatro proposiciones no responden a ningún criterio concreto. O bueno, responden a nuestro criterio propio.
- Lo que queremos decir es que no vamos a recomendar una serie de moda o una película que esté en boga.
- Es más, vamos a sacar del baúl de los recuerdos las cuatro propuestas.
- Combina estas opciones con otros planes para mayores indices de satisfacción. Si no vas a salir de tu ciudad aprovecha que hay menos gente en el gimnasio, aprecia la belleza de las procesiones y disfruta de tanto tiempo libre con amigos. Es una receta infalible.
4 propuestas (más) para Semana Santa
Jueves Santo: recuperar una obra maestra como es Malcolm. La verdad, nos acordamos poco de esta serie, y no lo hubieramos hecho en esta ocasión sin la inestimable ayuda de este artículo. Tenía todo lo necesario para triunfar: capítulos cortos, con historias sin sustancia alguna en la que prima la auténtica locura. Una familia que no hay por dónde cogerla (ya solo el mítico aspecto del jardín te una pista del asunto) y tramas semi-aisladas que no te exigen nada, solo partirte la caja. Cada personaje es en si mismo una historia paralela. Lois, Hal, Malcom, Reese… cada uno a lo suyo para tejer, repetimos, una obra maestra.
Viernes Santo: es el momento de El rey león. Las películas de Disney sirven para cualquier momento y situación. Da igual la edad que tengas, no te dejes llevar por aquellos que digan que a los 30 años no se puede ver una película de Disney. Hay auténticas joyas en toda la filmografía, pero el El rey león marcó una época. Nos podríamos quedar con muchas cosas pero Timón y Pumba (en su conjunto) y Rafiki diciendo «correccsión conosco a tu padre», son razones suficientes para verla. La escena de padre e hijo contemplando la sabana o las hienas alocadas son otros ingredientes perfectos para volver a recordarla.
Sábado Santo: retornar a otros tiempo con La banda del patio. Ya hemos avisado de que este ranking no se iba a basar en ninguna moda, ni en ningún criterio concreto. La banda del patio la hemos resucitado en una conversación de café, y no podemos hacer otra cosa que darle la razón a los compañeros que aseguran que es ultra-mítica. Y es que lo es. Porque la ley del patio si que era una verdadera ley no escrita que se debía respetar. Porque el sentido de camaradería que transmitía hoy es muy difícil de encontrar, y porque la profesora siempre enfadad y el trío que gritaba «escandaloso» al unísono se merecen volver a las pantallas de tu casa aunque sea como excusa contra el aburrimiento.
Domingo Santo: ver el El club de la lucha. una película que data de 1999 y que, precisamente por ello, es una cinta de culto. Edward Norton, Brad Pitt y Helena Bonham Carter fueron un trío perfecto para una película en la que aparecían vasos de Starbusks por todas parte debido a una razón desvelada con el tiempo: era una simple broma. Cuando en 1984 la cadena abrió sus puertas, a todos les encantó el concepto. Pero con el tiempo pasó lo que todos sabemos: que en cada rincón de EEUU había uno de estos. Para seguir con la coña (que seguro entendieron mejor en suelo americano), se optó por poner una taza en todas las escenas posibles. Starbusks aparte, si no has visto esta película tienes que hacer lo mismo que con El Rey León: ponerte ya al día. Y es que nunca es tarde.