Si vas a ir al cine próximamente o piensas que ya lo has agotado todo en tu parrilla de Netflix, no te equivoques: hay dos joyas que no debes perder de vista. Y estas son las razones por las que nosotros te recomendamos verlas:
Los increíbles 2
- No ver la primera parte no supone un problema: nos gustan mucho las películas que puedes ir a ver sin más. Sin tener que pensar si viste la primera, si por el camino te perdiste «no sé qué detalle» del final anterior, etc. Que puedas pillar la entrada, sentarte en el cine y no tener que someterte a un test de nivel sobre una parte anterior. Es cierto, aunque no lo tenemos confirmado, que si ves la primera parte hay cosas de las que te enteras mejor en la segunda entrega, pero te aseguramos que no perderás el norte si no cumpliste con ella en su momento.
- Por Jack Jack: es lo mejor que nos llevamos de ‘Los increíbles 2’. Y además no tenemos absolutamente ninguna duda. Nos declaramos completamente fans de él. Parece que está ahí para salir para hacer gracia sin más, para escapar de la cuna como un niño más de su edad, y que sus cuidados solo pueden deparar dolores de cabeza al resto de la familia pero… ¡la magia de Jack Jack no tarda en aparecer! Desde el momentazo con el mapache… sin palabras.
- Por Elastigirl: porque, sinceramente, que dejen con cara de bobo al superhéroe para quedarse con la chica nos parece un mensaje magistral. Y con todas las consecuencias que eso conlleva, porque ver al hombretón completamente perdido y desfondado con las tareas domésticas, y el cuidado de los niños, termina por convertirse en una historia paralela de las buenas de verdad.
- Por la comedia: «Sin duda, las escenas de Mr. Increíble superando obstáculos cotidianos como si se tratase de robots asesinos en la isla de Síndrome es uno de los grandes aciertos de Bird», aseguran en este artículo. Y como ya hemos dicho en el punto anterior, no podemos estar más de acuerdo. Pero hay decenas de momentos más en los que te arrancas a reír, incluso con los golpes pequeños y sutiles que tienen los superhéroes secundarios.
Paquita Salas
- Porque es una obra de arte. Y con esto lo podríamos resumir todo, la verdad. No podemos ocultar que nos resistíamos a verla. No por ninguna cuestión en concreto, sino porque nuestros prejuicios encienden las alarmas de cualquier producción que no tenga pistolas y sangre. Pero esto es otra cuestión. El caso es que la teníamos ahí, en nuestra pantalla de sugerencias de Netflix y le dimos al botón. Bendita sugerencia. No nos ventilamos las dos temporadas de una sentada solo por respeto.
- Por Yolanda Ramos: cualquier halago a esta mujer se va a quedar corto. Sentimos auténtica devoción por ella desde Homozaping. La primera escena en la que participa para presentar el Divacel ya nos parece digna de tallarla en mármol, pero es que sus fogonazos continuos, sus respuestas a las clientas y el momento pillada de Equipo de investigación no pueden quedar en el olvido. Aunque nosotros no somos objetivos con ella.
- Por el formato: siempre hemos defendido que el formato 50 minutos o menos es el mejor. Los capítulos que se van de estos tiempos, al final, son un problema para seguir una serie. Paquita Salas ya nació sin este problema, porque vio la luz en Flooxer. Lo único malo de su formato es la verdadera fuerza de voluntad que debes tener si quieres alargar la serie más de una tarde.
- Por la relación entre Paquita y Magüi: hacednos caso, esta relación no se describe con palabras. Es pura magia. Ver a Magüi repetir la última palabra de Paquita, o desarbolada por el spam o el domain es increíble. Si lo habéis visto lo entenderéis.