5 amigos que no faltan a un partido del mundial

Un mundial de fútbol siempre es una buena excusa para juntarse varias veces en poco tiempo con ese grupo de amigos que, por cuestiones de agenda, solo pueden verse un par de veces al mes.

Para ver un partido (sea del mundial o no) en condiciones, como se ha hecho toda la vida, hay un par de opciones, y seguro que ya has puesto en práctica ambas: se puede ver en un bar o se puede gestionar una pequeña reunión en casa de alguien, al que llamaremos -por méritos propios- el «anfitrión». Sea cual sea la opción escogida, te aseguramos una cosa por adelantado: habrá comida. Y si la reunión es en una casa habrá bastante más comida de la que te puedes imaginar. Y tendrás al anfitrión dando la chapa sobre dónde comer, dónde apoyar los vasos o cómo sentarse correctamente en el sofá. Pero no te queda otro remedio que aguantar: ha puesto su casa para el evento. 

Amigos viendo partido de fútbol

Analizado el tema de dónde ver el partido, llega la parte importante de lo que hemos venido a tratar aquí: puede que nos digas que lo más relevante no es tanto la comida sino la compañía, y te vamos a creer porque sabemos que en lo más profundo de tu corazón sabes que realmente echarías a algún amigo de tu casa (en realidad da igual si es tuya o no, porque lo ibas a echar igual) si eso sirviera para traer una pizza más que llevarte a la boca. Pero, ¿a quién más echarías de casa? Veamos qué tipo de amigos nos podemos encontrar cada vez que hay partido importante: 

El que trae la comida

Ya veníamos avisando que la comida es un eslabón clave en todo esto. Esta persona es la maestra del grupo, falta a pocas citas y siempre llega al punto de encuentro con un buen alijo de comida, e incluso de bebida si ese día se ha sentido motivado/a para ello. Evidentemente, tiene más misiones importantes y fundamentales para la cohesión del grupo, y esa no es otra que gestionar el bote de dinero para asegurarse de que todos han puesto su parte correspondiente y nadie come por el morro.

El míster

El típico que suele sentar cátedra sobre cualquier tema, pero que si tiene que tocar el fútbol está por encima del bien y del mal. No se le resiste ni la menor de las ligas, conoce cualquier jugador como si hubiera crecido con él y cualquier decisión que tome el entrenador real le va a parecer un insulto. Una defensa de tres centrales, dos delanteros en vez de uno… nada importa y solo una alineación es válida: la que él hubiera hecho.

El que pasaba por allí

Es innegable que en cualquier grupo de amigos hay alguno que no pilota mucho de fútbol pero eso no le resulta un impedimento para ser el primero en confirmar asistencia. Sabe que es una buena excusa para salir de casa un rato, comer algo y terminar divagando con algún otro miembro del equipo que conforme pasa el rato del partido no le termina por interesar mucho lo que pasa en pantalla. Le da exactamente igual quién juegue porque no los va a conocer y, si nos fuerzas, casi con toda probabilidad va a ir con el equipo que pierde

El del móvil

Si tuviéramos que decir un miembro de este equipo que nunca faltaría, sería el del móvil. Es por pura lógica aplastante: si no lo soltamos nunca de las manos, no lo vas a soltar justo cuando se juega un partido. Es el gran momento que estaba esperando el sujeto en cuestión: abre todas las redes sociales, localiza sus contactos futboleros en WhatsApp y comienza su ritual de ‘turras’ en los grupos. Qué sentido tiene mirar al partido pudiendo mirar la pantalla del móvil para indignarse con lo que ha dicho el uno o el otro. Incluso hay quienes dicen que habla mucho para lo poco que ve el partido. Es la magia de ser el del móvil.

El de los gritos

Nadie tiene muy claro por qué lo hace, pero el caso es que ahí está, gritando. Todo el grupo entiende que su apoyo se dirige hacia uno de los equipos que está jugando, pero en algunos momentos del partido se deja de tener claro. Roza el límite entre lo divertido (porque picarle es muy sencillo) y lo cansino. Y es que aunque se trate de ver un partido a nadie le mola tener que aguantar a uno de los acompañantes mientras se grita con la pantalla de televisión. Sí, sí, hemos dicho con la pantalla.

¿Cuál es el amigo que nunca falta en vuestros partidos? 

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