Somos muy de costumbres españolas pero, ¿cuál de todas estas no quitarías jamás por mucho que un extranjero se metiera contigo?
Dicen que cuando vienen a España todas estas cosas que os contamos a continuación dejan a nuestros invitados con la boca abierta. Al principio lo de irse de tapas y echarse una cabezada después de comer les trastoca todos los planes. Por no hablar de que los comercios cierren a la hora que nosotros entendemos «de la comida». Pero, ¿quién lo hace mal?, ¿ellos o nosotros?
Seguro que tenéis clara la respuesta.
Costumbres españolas para dejar loco a un extranjero
- El pan y el aceite: no hay dudas, son dos alimentos asociados a España y no tiene pinta de que eso vaya a cambiar. Los extranjeros se van del país sorprendidos por la cantidades industriales que comemos de ambos. Y con casi todo, sin discriminar con muchos bocados. Pero pueden decir lo que quieran, porque no lo vamos a tocar de nuestro recetario básico.
- Comer en general: el tapeo o abrirse una bolsa de Jumpers en cualquier momento. Dicen que los turistas no salen de su asombro con muchas cosas a este respecto, pero en general con nuestra capacidad para comer a cualquier hora. El hecho de irnos de tapas (es decir, a comer) antes de la comida les deja bastante desorientados. Pero hay otras cosas que mucho más, como el hecho de descubrir que muchas de las tapas son gratis con la cerveza. Y claro, así a ver quién se resiste a volver a este bendito país.
- Pero el desayuno… no somos alumnos aventajados en ello, la verdad. De hecho, el que de verdad se levanta con tiempo y desayuna en condiciones puede llegar a ser una rara avis. Y ya lo de desayunar dulce es para nota, según los extranjeros, claro. Ya se puede caer el mundo que a nosotros nos parecerá lo más normal durante mucho tiempo más.
- El tema del horario: podemos decir sin miedo a equivocarnos que nos da exactamente igual la hora a la que comen en otros países. Y mucho más la de cenar. Para ello eso de sentarse a cenar a las 10 de la noche es alucinante, pero a ti que no te lo quiten. No se juega con las cosas de comer.
- La siesta: un clásico. Aunque en otros países como China también se lleva, la siesta no es fácil de encontrar. Pero nos atrevemos a decir que es una de las cosas con las que no se debe jugar nunca. La siesta que ni te la toquen. Y ojo, que la ciencia certifica los beneficios de una siesta corta, así que adelante.
- La fiesta: corregimos, igual la siesta nos la pueden tocar, pero los festivos por encima de nuestro cadáver. Y mucho menos las fiestas mundialmente conocidas (Fallas, Fiestas del Pilar, La Mercè, San Fermín, Feria de Abril…) Podríamos nombrar cientos y no acabaríamos nunca.
- Las largas noches: que levante la mano el que no haya salido una noche y ha terminado llegando a la mañana siguiente. En muchos puntos de Europa eso no se estila y a la hora que aquí cierran los primeros bares en otros sitios ya no hay un alma por la calle. Pero es que lo del tema de los horarios normales ya hemos dicho que no va con nosotros.
- Los centros de reunión: ¿invitar a casa? Hace ya mucho que decidimos que teniendo parques, terrazas o bares no vamos a quedar con amigos en casa. Eso se lo dejamos a otros.
¿Cuál de todas estas es la costumbre a la que no renunciarías nunca? ¿O la que más crees que sorprende?