Viajar a estas fiestas es imprescindible para muchos. Pamplona lo vive todo a lo grande en unas jornadas con más de un millón de habitantes.
Son, sin ninguna duda, las fiestas más internacionales de nuestro país. Los Sanfermines ocupan en julio centenares de minutos informativos para contar lo que sucede en Pamplona, que en pocos días contempla como su población se multiplica hasta superar con creces el millón y medio de habitantes. Son pocos los que se resisten a una visita a San Fermín, y los que han sobrevivido a la tentación –o no les ha cuadrado la agenda- tienen que aguantar a alguien de su círculo más próximo presumiendo de sus vivencias pamplonicas.
Y si no tienes a nadie de tu círculo más próximo presumiendo de ello, no te preocupes que en las redes sociales te cansarás de ver publicaciones al respecto. Además de ser las fiestas más internacionales de nuestro panorama, también son las más virales en el amplio mundo del social media. Vipnet360 cuantificó el año pasado la repercusión de San Fermín en las redes sociales con datos que quitan el hipo: 60 tuits por hora en la semana previa al chupizano, 102 tuits por hora en los tres días previos y hasta 5.000 videos en YouTube acerca de los encierros. Hemingway estaría orgulloso.
Difícil no percatarse de lo que sucede en Pamplona durante esos días. Si caéis en la tentación, que no es complicado, no olvidéis algunas de las claves fundamentales para pisar Pamplona en estos días. Lo primero de todo: equípate como es tradición. El rojo y el blanco es imprescindible para estas jornadas. Y que nadie te quite tu pacharán. Si la claustrofobia viaja contigo, anota en tu agenda lo siguiente: 1,6 millones de personas pueblan Pamplona. Durante el chupinazo se llegan a congregar en la plaza 12.500 cabezas, unas cinco por metro cuadrado.
De todas ellas, el 56% pueden llegar a ser extranjeros. Al menos lo fueron el año pasado en los encierros, que atraen a nacionalidades de todos los colores. Es tal la concentración de foráneos durante los días de fiesta que desde 1996 existe el ‘Guiri Day’, una invención que solo podía ser española y que concede el simbólico premio al extranjero que lo da todo. Así, como suena.
El día 14 de julio es el día indicado para entonar el ‘Pobre de mí’ y dar carpetazo a la fiesta. Pero queda mucho para eso. Las fiestas se viven a un ritmo de vértigo, casi tan de vértigo como el encierro más rápido que se recuerda hasta el momento: el de un Miura que decidió llegar a la plaza en dos minutos y cinco segundos el año pasado.
Y aunque la ciudad se pueble hasta el extremo y parezca por momentos que no hay ley, no os dejéis llevar: la hay y se debe respetar. Qué menos. Recordad que no es gratis aparcar en la mayoría de las calles de Pamplona y que moverse a pie es lo mejor en una ciudad relativamente pequeña. Si queréis llegar a un destino concreto apuntad la dirección, que las calles también están en euskera. ¡No seáis vosotros los guiris diciendo que queréis llegar a la calle Kalea! (Kalea es calle en euskera). Y si os entran las ganas de hacer pis, buscad un servicio, aunque estén masificados. La orina se ha convertido en un problema en los últimos años y para evitarlo se estrena en 2016 un producto que la repele. Estará colocado en fachadas estratégicas, y termina manchando el pantalón del sujeto en cuestión produciendo un efecto rebote.