En Jumpers nos declaramos anti excusas por una simple razón: quedada que no se produce, bolsa de Jumpers a la que se renuncia. Podríamos decir que desde este momento queda prohibido pronunciarlas.
Una de las grandes marcas de cerveza de nuestro país ha hecho un estudio de los que merece la pena leer: de cañas pendientes . Han analizado Twitter y han llegado a la conclusión de que muchas veces entonamos el “quedar a tomar algo”, y al final la intención se queda en el camino, por esa tradición tan española de ‘dar largas’.
Ojo, para nuestros amigos mayores de edad, entendemos que esas cañas de las que habla el estudio no maridan nada mal con algunos de los miembros de nuestro catálogo.
“Te llamo y nos tomamos algo” es una de las excusas más frecuentes que ponemos para regatear una quedada. No sabemos porqué, pero muchas veces sentimos una pereza extrema de quedar con alguien, aunque lo adoremos. Otras muchas veces directamente ponemos excusas porque realmente no queremos ver a ese ser que realmente no está en la categoría de amigo. Tras ver el estudio de las cañas pendientes nos hemos puesto manos a la obra para recopilar las excusas más usamos sobre la tierra para dar largas a alguien.
“Te llamo y nos tomamos algo”: es la más mítica. El Ferrari de las excusas. El gran lujo para dar largas. Funciona a las mil maravillas con cualquier componente de nuestro segmento social. Ambos interlocutores saben que se tendrán que conjuntar muchos planetas para que esa llamada tenga lugar. Es la más cómoda puesto que dejas abierta la horquilla temporal y así no sientes remordimientos de conciencia. Una semana, un mes o el resto de nuestras vidas; nadie dijo que esa llamada tuviera que llegar en un momento concreto.
“La semana que viene lo miramos”: podríamos decir que es la evolución de la anterior. Aquí ya nos metemos un poco más en el fango porque te comprometes a un momento concreto de tu vida. Luego llega la semana que viene, no llamas y ambas partes se quedan con la misma cara. Ojo: puede que el interpelado te recuerde que “ya es la semana que viene”. “Busco un hueco y quedamos”, “a ver cuando hacemos una cenita”, etc…La variedad de excusas en este campo es inmenso.
“Han ingresado a familiar/perro/amigo del alma”: algunas veces cometemos la torpeza de quedar bien y dar el paso en falso pactar un encuentro con quien no te apetece. Entra en juego entonces la habilidad humana de buscar excusas para cancelar los planes. Es un poco rastrero, pero aludir a problemas médicos de alguien de tu entorno es un recurso fácil. Eso sí, acuérdate de lo qué dices, porque luego os van a preguntar por el estado de salud del ‘enfermo’.
“He empezado en una empresa nueva…”: una nueva aventura laboral puede ser una excusa magnífica para salir del paso. Cualquier español se alegra de que otro tenga trabajo y va a entender que en los primeros compases todo es un caos. La dificultad reside en saber cuánto se puede prolongar ese desenfreno que te impide quedar.
Aludir a los astros, al horóscopo o a otras fuerzas vivas: hay personas que no se andan con chiquitas y pasan de buscar excusas para quedar. Sencillamente hacen entender que no van a quedar con esa otra persona. No abundan mucho, aunque reconocemos que al final es lo mejor para todos.