Si no das besos no sabes lo que te pierdes. Son efectivos hasta para evitar las molestas caries en la boca. Sí, como lo oyes.
Lo primero de todo, vamos centrar el asunto: ya sabéis que días internacionales locos hay para todos los gustos. Prácticamente todo tiene su día: los huevos, la tortilla de patata, la bicicleta, las tartas… todo. Los besos no iban a ser menos en todo esto. ¿Por qué se eligió el 13 de abril? Muy sencillo: es el día en el que Ekkachai y Laksana Tiranarat, dos afables tailandeses, batieron el récord absoluto del beso más largo. Estuvieron 58 horas seguidas en el lío. Concretamente 58 horas, 35 minutos y 58 segundos, según la certificación del Guinnes. Y lo hicieron sin separar sus labios un solo segundo, literalmente. Ojo que son veteranos del tema: ya habían ganado el mismo concurso en 2011.
Entrando fuerte en materia, todos sabemos que existen muchas clases de besos. De amor (ese que te llena por dentro), de amistad (ese que sabes que es muy probable que nunca pase a mayores) o de madre (realmente los únicos besos que son eso, únicos). También existe el no-beso, más comúnmente denominado como ‘la cobra’, que tenemos que consultar si también tiene su día en el calendario.
¿Qué tienen de buenos los besos?
Los humanos damos a lo largo de nuestra una media de 150.000 besos. En tus manos queda el asunto de que la cifra baje o suba. Si es menor de esa media, algo está fallando por el camino.
Besando mejora nuestro estado de ánimo y aumenta la autoestima, que nunca está de más tenerla por las nubes. Al parecer se activan una treintena de músculos de la cara, lo que mejora el tono facial y la salud de la lengua. 30 músculos con un solo beso y tú pagando la cuota la del gimnasio, insensato.
No tires de desfibrilador, tira de besos. Cuando besamos nuestras pulsaciones pueden volar de 70 a 140 por minuto. Debe ser lo que llaman el ‘gusanillo’. Un beso tiene la capacidad de activar la circulación sanguínea y hacer que enfermemos menos. ¡Y segrega endorfinas que ayudan a mitigar el dolor! Ya lo sabes, la mejor medicina siempre es natural.
Besando se queman calorías, aunque no está claro cuántas. Un beso normalito se calcula que unas 13; un buen beso unas 26 calorías. Lo que quiere decir que con varios besos ya estás quemando bastantes más calorías que aquella vez que te pusiste las zapatillas y dijiste que te ibas a correr.
¿Cuáles son tus besos preferidos?