Cuando llega el calor los chicos se enamoran (sí, otra vez empezamos así) y Juego de Tronos llega de nuevo a tu pantalla. Con esta serie solo hay dos opciones vitales disponibles: o verla y flipar, o no haber visto un solo capítulo en tu vida y aguantar comentarios constantes como ¿en serio no la has visto?
Las manos que escriben estas líneas no han visto un solo capítulo en la vida. Sí, soy de los raros. Pero he tenido (y tengo) la oportunidad de convivir con auténticos devoradores de episodios, y he comprobado en mis propias carnes que todo fan de Juego de Tronos ha vivido todas o alguna de todas estas situaciones con la llegada de la séptima temporada:
- Un amigo te ha vacilado: es ley de vida. Siempre está el típico amigo que no tiene ni idea de la serie, que sabe de refilón algo sobre algún personaje y te intenta colar un spoiler. Tú, ávido y fiel seriéfilo sabes que es mentira, pero te agarras a la silla hasta el final del capítulo deseando que el desalmado de tu ex amigo no tuviera razón.
- Has sentido la tentación de buscar los spoilers: damos por hecho que eres consciente de que HBO sufrió un ataque informático que puso sobre la mesa información confidencial sobre la serie. Concretamente, 1,5 terabytes de mandanga de la buena. Entre toda esa información podrían llegar a estar guiones completos de algún capítulo. Y a ti, que te va el riesgo más que a nadie, no puedes esperar a que todo fluya con normalidad y has sentido la tentación de convertirte en tu propio chivato. ¡Resiste, amigo!
- Te has quedado hasta las 3 de la mañana… o al menos lo has intentado: a pesar de que te han llamado de loco para arriba, sabes que un capítulo de Juego de Tronos en ‘directo’ es la salsa que ahora mismo aliña tu vida. Quedarse hasta las 3 de la madrugada solo es algo a la altura de los fans de la NBA o de esta serie. Como no estás para tonterías, pones todo en marcha y te quedas hasta la hora que haga falta. Y si a la 1 ya estás plegando la oreja, pues pasas directamente al siguiente punto.
¿Dónde está mi ordenador portátil?
- Has buscado como un loco un portátil para ver el primer capitulo: cabe la opción de que el inicio de la séptima temporada te haya pillado fuera de casa. Lejos de tu televisor o de tu propio ordenador portátil. Y como el regreso del invierno a las pantallas es un caramelo demasiado tentador, no te lo piensas dos veces y le pides prestado el portátil hasta el mismísimo demonio. Lo de acumular capítulos es algo que no está reglado. Y ni quieres oír hablar de ello.
- Lo has visto con un fiel compañero: igual que sucede con una bolsa de Jumpers mantequilla, hay cosas que se disfrutan más en compañía. Es el caso de Juego de Tronos, que necesita de un buen club de fans para hacer la digestión de cada episodio. Tanto si has esperado a las 3 de la mañana, como si lo has visto ya de día, seguro que tienen a un buen amigo cerca con el que compartir el riguroso directo la vivencias de, por ejemplo, los 3 dragones.
- Si no lo has visto con alguien, no has esperado ni a los créditos para mandar ese WhatsApp: es evidente, también puedes ver los capítulo en soledad física. Pero no virtual. Porque siempre hay un amigo al otro del teléfono con el que comenta cada detalle del nuevo episodio. O esperas a verlo pero no esperas ni a llegar al fundido negro para decirle «Increíble, tio». Y es que ya lo hemos dicho: las cosas compartidas saben mejor.
¿Has sufrido o vivido alguna de todas estas situaciones?