La nueva tendencia de ahora ya la conocer, porque la hemos dicho en el título pero, ¿recuerdas otras pequeñas que te hicieron perder la cabeza?
Ahora todo el mundo se ha vuelto loco con los spinners. Nos hacemos los duros, pensamos que nunca caeremos en esa tentación, pero no te vengas muy arriba: tarde o temprano estarás dándole vueltas a uno. Es la nueva moda, y contras las modas poco se puede hacer.
Por cierto, que sepáis que el mundo es un poco menos spinner después de que las autoridades alemanas se llevaran por delante 35 toneladas de estos cacharros. Aseguran que, por el momento, siguen teniendo la consideración de juguete peligroso para los niños.
Los spinners son la última moda pero los que tenemos un poco de recorrido en la memoria sabemos que no es la única colección loca a la que nos hemos enfrentado. A ver si recordáis algunas de las que hablamos más abajo.
Colecciones míticas
Los tazos: un mítico de las colecciones. Pocos en este mundo no se habrán divertido con unos, aunque los puristas dicen que los tazos verdaderos, los de verdad, son los tazos Pokémon. Ciertamente, marcaron una época. Ahora mismo, con Jumpers no podéis conseguir tazos Pokémon pero tenéis a vuestra disposición otra atractiva colección.
No obstante, siendo fieles a la historia, los tazos llegaron a nuestro país en 1994, cuando Matutano inundó miles de patios de colegio con sus mega tazos, máster tazos o macro tazos. La cima de la vida se alcanzaba en aquellos momentos si te hacías con un portatazos para ir del patio a clase y a casa sin perder ninguna unidad por el camino.
Los rappers: siendo sinceros, no hemos encontrado el año en el que estas chapitas comenzaron a hacer furor. La principal diferencia con los tazos es que para tener Rappers te tenías que rascar el bolsillo, porque no eran gratis con la bolsa de algún snack. Así que tenías que poner tu mejor cara y pedirle a tu abuelas unas cuantas pesetas de contrabando para hacerte con un par de sobres.
La idea era tener un buen ejército de Rappers, porque cuando llegabas al colegio era el momento de apostarlos. Una especie de juego legalizado fuera de las paredes de un casino. Cuando encontrabas contendientes dispuestos a la batalla, se situaban los Rappers es una torre y, a base de golpeos, el objetivo era girarlos. Los que caían boca abajo pasaban a ser propiedad del hábil tirador.
Que no falten cromos nunca
Cromos de la liga: el que escribe estas líneas no hay conseguido cerrar en su vida una colección de cromos. Pero sí que recuerdo que en mi casa la primera que entró coincidió con la llegada del mítico Ronaldo al FC Barcelona.
Conseguir los cromos o las tarjetas de la liga en curso siempre ha sido deporte nacional. Y lo sigue siendo. Es más, en las grandes ciudades hay verdaderos centros de reunión a los que acuden los pequeños (y grandes) coleccionistas para deshacerse de los ‘repes’ y capturar las ansiadas presas que no tienes. ¿Cuál es la primera liga que recuerdas en cromos?
Gogos: hay que viajar hasta 1995 para encontrar los primeros gogos. Por aquel entonces, hipnotizar a los jóvenes con este tipo de colecciones estaba a la orden del día, y la marca que no lo hiciera era como la que no hoy no está en Facebook.
Si nos ponemos serios, los gogos no eran más que la evolución de las tabas, con las que ya jugaban -nada menos- que en Grecia. Hubo cientos y cientos de personajes, colores y formas, e incluso en Reino Uniddo se tuvieron que prohibir para que los chavales centraran sus vidas en los estudios y no en pelear por un puñado de gogos. ¿Recordáis como se jugaba?