De todas las que podemos entonar hay una, la última, que a nosotros nos parece cuanto menos odiosa.
Cuando acaba la Navidad se pueden decir muchas cosas. La mayoría de ellas pasan por odiar la vuelta a la rutina e invocar a todos los dioses posibles para que la ingesta desproporcionada de alimentos haya sido solo un mal sueño. Pero no lo ha sido y ahora toca asimilar.
Pero hay cosas peores. Y estas cuatro frases míticas que presentamos a continuación pueden ser bastante peores que cualquier indigestión navideña.
Vuelvo con las pilas cargadas: mucho se habla de la verdad de esta frase, de la que han corrido ríos de tinta. No seremos nosotros los que ahora descubramos América con ella. Según los expertos, romper con la rutina nos “oxigena psicológicamente”, ya que disponemos de más tiempo libre para hacer cosas que nos gustan. Pero la realidad es que no somos Duracell, y que la efervescencia de las vacaciones se pasa en un suspiro. Pero vayamos con la realidad: estamos ante la frase más cargada de postureo que ha parido las redes sociales con motivo de unas vacaciones. No volvemos con las pilas cargadas, amigos, volvemos con cara de asco por tener que seguir trabajando.
Cuánto queda para Semana Santa: al loro, que hemos descubierto que incluso hay webs con un contador indicando los días que quedan. Mientras estas líneas se escriben quedan 87 días para las próximas vacaciones gordas. Es lo habitual: se acaba la Navidad y nuestra mente solo puede pensar en ellas. Que levante la mano el que no lo ha mirado en el calendario. De hecho, hay quien no pierde el tren de las oportunidades y ya se ofrecen escapadas para viajeras para esos días señalados.
“Este es el último dulce” o lo que es lo mismo «ya está bien de comilonas»: sin pronunciar esta frase no se acaba la Navidad. En España lo tenemos claro: apostamos por el roscón como último dulce navideño, aunque siempre tenemos el mismo problema en forma de restos de serie. Hay que dar cuenta de esos últimos polvorones o los pedazos nostálgicos de una barra de turrón que se resistía a morir. ¿Qué hacemos con ellos? Esta frase abre también un periodo de valentía desconocido en la raza humana. Son muchos los que ponen Google “comilonas Navidad” para encontrar el camino de eliminar de la faz de la tierra las consecuencias de habernos puesto como el tenazas.
“Desde el año pasado”: es 1 de enero y ya te has tomado las uvas, has felicitado a toda tu agenda y has recibido un elenco variado de audios gritando “feliz año nuevo” El momento está a punto de llegar, ¿lo hueles? Oh sí, estás a punto de escuchar la frase más cuñada y viejuna que tenemos en nuestro rico lenguaje: «no te veo desde el año pasado». El gran mito del año nuevo, que puede tener decenas de variables. Solo hay que meter en el hueco en blanco la palabra que queramos para matar la ecuación. “No XXX desde el año pasado”; puede ir cualquier cosa que entre en vuestra imaginación.