Cuando buscas los mejores carnavales de España, los primeros puestos de la lista los ocupan -y con razón- Cádiz o Santa Cruz de Tenerife. Por allí tienes fiesta para aburrir, y poca gente le diría que no a una buena ración de chirigotas. Pero, obviamente, no son las únicas celebraciones de este tipo que merece la pena visitar. El Carnaval se ha puesto serio en muchos rincones de España y ofrece interesantes alternativas a los tambores y los silbatos.

¿Quieres conocer 4 opciones sorprendente que se salen un poco de lo habitual? ¡Toma nota!

Berdún

A media hora de Jaca y una hora de Pamplona (ambos recorridos en coche) se esconde la localidad de Berdún, donde han recuperado una tradición que llevaban 70 años sin celebrar por culpa de la guerra en el 36: el Carnaval de los Zarrapatrosos. Ellos se encargan de promocionarlo y hablar maravillas, y la verdad que no defraudan. La cosa no tiene mucha complejidad: consta de pintarse la cara (imitando restos de suciedad) y ponerse lo peor que tengas por el armario; ellos lo llaman «trajes de faena». Una vez ataviado, solo queda salir a pinta a la gente por la calle. Lo recuperaron en 2019, y tal es la emoción de los que allí viven que lo celebraron incluso cantando romances. ¡Otra de esas cosas que se deberían ver una vez en la vida!

Bielsa

Es otros de los carnavales que no se asemejan precisamente al ruido de silbatos y sambas. En esta localidad presumen de conservar la fiesta tal y como se celebraba en tiempo inmemoriales, y que cada año atrae a cientos de visitantes.

Solo el comienzo de la fiesta ya es para tomar nota: hay que confeccionar a Cornelio Zorrilla, un muñeco que se hace con paja y ropa vieja, y que pasa todos los días de Carnaval colgado en la ventana del Ayuntamiento. Tras varias jornadas de rondas, bailes, orquestas en la calle Mayor, reparto de tortas y apariciones de ‘madamas’ y osos, todo termina cuando se juzga a Cornelio y muere en la hoguera para simbolizar el fin del Carnaval.

Foz

Miles y miles de personas llegan a tierras gallegas, concretamente a Foz, cuando el Carnaval asoma las orejas. El llamado Desfile de Entroido atrae tantas miradas que incluso tienen que montar un plan de seguridad especial para que todo vaya bien en la villa. Mención especial merecen las «Coplas de Foz», en las que cada año no se deja títere con cabeza, con especial recuerdo -como no podía ser de otra manera- para los políticos de turno, que ven como las rimas, la ironía y el sarcasmo les saca (aunque todo con deportividad) más de un color en estos días.

Solsona

Otro Carnaval que se ha ganado la etiqueta de «burlón». La cosa empieza con ciertas similitudes al de Bielsa: con la colgada del burro. Evidentemente, se recurre a uno de cartón piedra y a otro de peluche. Dos eventos especiales se encargan de centrar el programa: el recorrido de los higos, cuyo nombre no da lo que promete porque se reparte torta y vino blanco por todo el pueblo. Además, el pasacalles de los ‘Gigantes locos’ van por las calles con una especie de brazos móviles con los ‘reparten’ a todo lo que se mueve por allí. Diversión no les falta.

¿Conocías alguno de estos cuatro carnavales? ¿Por cuál empezarías una ronda de visitas?